La alergia al chocolate es una reacción del sistema inmunitario que produce una respuesta exagerada contra alguno de los ingredientes presentes en este producto, tales como la leche, el cacao, los cacahuates, las nueces, los huevos, esencias o algún conservante.
Así las cosas, la alergia al chocolate puede ocasionar síntomas como comezón y enrojecimiento de la piel, así como dificultad respiratoria en los casos más graves. Además de la alergia al chocolate, las personas también pueden tener intolerancia a algunos de los ingredientes utilizados en su elaboración, como es el caso de intolerancia a la lactosa presente en la leche, al huevo o a la sacarosa o fructosa, por ejemplo.
Es importante que ante la sospecha de alergia al chocolate, o a alguno de sus componentes, se acuda a un alergólogo para que realice una evaluación e indique la realización de exámenes que permitan identificar qué ingrediente está ocasionando la alergia e indicar el tratamiento más adecuado.
- Los principales síntomas de la alergia al chocolate son:
- Comezón y enrojecimiento de la piel
- Dolor de estómago
- Vómitos
- Gases abdominales
- Tos seca
- Secreción nasal
- Diarrea
Además, pueden surgir otros síntomas más graves como dificultad respiratoria, hinchazón de los labios, lengua y/o garganta y ruidos al respirar (sibilancias), y ante la presencia de los mismos, será necesario acudir de inmediato al servicio de urgencia médica, pues son indicativos de una reacción anafiláctica, una situación que puede poner en riesgo la vida de las personas.
Al contrario de la alergia, la intolerancia o sensibilidad al chocolate es menos grave, pues no envuelve una respuesta tan severa del sistema inmunológico.
La intolerancia al chocolate es el reflejo de una mala digestión de algún ingrediente del mismo y también está relacionada principalmente a la leche de vaca.
El diagnóstico es realizado por un alergólogo, el cual evalúa los síntomas presentes en la piel e indican la realización de exámenes de sangre o una prueba de alergia para descubrir cuál o cuáles son los alimentos que están desencadenando la respuesta en el organismo, pudiendo ser realizada tanto en bebés, niños como en adultos.
Esta prueba consiste en la colocación de diferentes sustancias en la piel, por lo general en la espalda o en el antebrazo, dejándolas actuar durante unas 48 horas aproximadamente, para posteriormente evaluar cuál ha sido la respuesta.
Es importante en cualquier caso consultar a un gastroenterólogo para evaluar los síntomas y realizar exámenes de laboratorio, como análisis de sangre y de heces. Además, sería oportuno solicitar una prueba de provocación oral, que consiste en ingerir el alimento del cual se sospecha la intolerancia y después observar si surge algún síntoma.
El tratamiento de esta alergia será recetado por el alergólogo y variará en función de los síntomas y la gravedad del problema. En general, son utilizados medicamentos como antihistamínicos, como la fexofenadina y la loratadina, así como corticoides y/o descongestionantes.
Además, también será necesario excluir de la alimentación todos los alimentos que causen esta alergia, evitando así una nueva crisis. Además, es importante adquirir el hábito de leer la etiqueta del chocolate adquirido, con el objetivo de identificar si el alimento al que se tiene alergia, se encuentra como ingrediente en el producto.
La sustitución del chocolate va a depender del ingrediente que cause la alergia, por lo que las personas con alergia al cacahuate, a la nuez o a la leche, por ejemplo, deben evitar los chocolates que tengan estos ingredientes en su composición, o que estén preparados a base de bebidas vegetales como leche de coco o de avena, por ejemplo.
Para los casos de alergia al cacao, se pueden utilizar chocolates hechos a base de algarroba, que es un sustituto natural del cacao.