Mientras el 14 % de las familias cree que su hijo es alérgico a la leche, solo un 1 % lo es

Mientras el 14 % de las familias cree que su hijo es alérgico a la leche, solo un 1 % lo es

Las pautas médicas actuales para diagnosticar la alergia a la leche de vaca en bebés y niños pequeños podrían estar relacionadas con el sobrediagnóstico de esta afección, según de un análisis del Imperial College de Londres y la Universidad Sechenov de Moscú.

El estudio, en forma de revisión publicada en la revista JAMA Pediatrics, encontró que alrededor del 1 % de los niños tienen alergia a la leche de vaca, pero hasta el 14 % de las familias creen que su hijo la padece, por lo que el equipo de investigadores cree que las pautas oficiales para detectar la alergia a la leche de vaca constituyen una posible causa del sobrediagnóstico.

Los investigadores analizaron nueve pautas oficiales para la alergia a la leche de vaca publicadas entre 2012 y 2019, y descubrieron que muchas de ellas mencionaban síntomas como llanto excesivo, regurgitación de leche y heces sueltas como indicaciones de alergia a la leche de vaca, pero los autores argumentan que estos síntomas son muy comunes en bebés normales y sanos.

El equipo descubrió que en un reciente estudio europeo de cohorte de nacimiento que siguió a más de 12.000 bebés en nueve países, menos del 1 % de los bebés tenían alergia a la leche de vaca. Sin embargo, también encontraron que en algunos estudios hasta el 14 %de las familias creen que su bebé la padece.

Además, el análisis sugiere que la prescripción de fórmulas especializadas para bebés con alergia a la leche de vaca aumentó significativamente entre 2000 y 2018 en países como Australia e Inglaterra, sin ninguna evidencia de un aumento en la alergia a la leche de vaca.

El equipo analizó el número de autores de las pautas que habían declarado un conflicto de intereses con los fabricantes de fórmulas, y encontró que ocho de cada diez autores de pautas informaron un conflicto de intereses; y también encontró que siete de las nueve pautas aconsejaban a las mujeres en periodo de lactancia que eliminaran todos los lácteos de su dieta si su hijo sospechaba de alergia a la leche de vaca.

Sin embargo, su análisis de 13 estudios sobre la composición de la leche materna sugiere que menos de una millonésima parte de la proteína de la leche de vaca viaja a la leche materna, y esto sería demasiado pequeño para provocar una reacción en la mayoría de los niños alérgicos.

El doctor Robert Boyle, especialista consultor en Alergia y autor principal de la investigación del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones de Imperial, ha explicado en seración con esto que "muchos bebés etiquetados como alérgicos a la leche en realidad no tienen la afección. El diagnóstico erróneo de la alergia a la leche podría conducir a otra afección con síntomas similares que se pasan por alto, o que las madres que amamantan innecesariamente sigan dietas restringidas, o incluso que dejen de amamantar por completo. También puede hacer que las familias y la sanidad pública paguen innecesariamente costosas fórmulas especializadas".

Por su parte, el doctor Daniel Munblit, profesor asociado de pediatría de la Universidad Sechenov y primer autor del artículo, ha explicado que "en las nueve pautas estudiadas, siete de ellas sugirieron incluir síntomas más leves como indicación de alergia a la leche de vaca no IgE, como la regurgitación de la leche, llanto y erupciones cutáneas, pero muchos de estos síntomas están presentes normalmente en los bebés y mejorarán con el tiempo".

El equipo analizó datos sobre la cantidad de un tipo de proteína de leche de vaca que se sabe que desencadena reacciones alérgicas, llamada betalactoglobulina. Su análisis reveló que la cantidad de esta proteína en la leche materna era solo microgramos (millonésimas de gramo) por litro. El equipo también calculó que esta cantidad es demasiado baja para provocar una reacción a través de la lactancia materna en más del 99 % de los niños con alergia a la leche de vaca.