La presencia de una proteína denominada tropomiosina, y muy similar en los ácaros y los crustáceos, produce una alergia cruzada. Esta proteína “es el alérgeno mayoritario en los crustáceos y es la responsable de esa reactividad cruzada entre los crustáceos y otros moluscos”, ha explicado en el marco de la presentación del Simposio Internacional Avances y Perspectivas en Alergia Cutánea e Inmunología, el alergólogo Javier Figueroa.
Figueroa ha explicado que los ácaros “tienen una tropomiosina muy similar” a la de dichos alimentos, al tiempo que detallaba que “los pacientes se hacen primero alérgicos a esta proteína de los ácaros y, a raíz de ahí, desarrollan una alergia cruzada con otros artrópodos que tienen esta tropomiosina, como los crustáceos o las cucarachas”.
El doctor ha explicado que el fenómeno de la reactividad cruzada que se da entre los ácaros del polvo y los crustáceos también se da entre el polen del arbusto conocido como incienso canario y productos de origen vegetal, como la mostaza. Este fenómeno se ha bautizado como el “síndrome Artemisa-mostaza”, dado que las personas con alergia al polen de esta planta pueden llegar a ser alérgicas a alimentos de origen vegetal, como la mostaza, los frutos secos o el melocotón.
Por su parte, la doctora Nancy Ortega, coordinadora del comité organizador de este simposio que se celebra estos días en Gran Canaria, ha destacado que en Canarias “tenemos un clima estable todo el año, de temperaturas constantes y humedad muy alta, que hace de las Islas el paraíso de los ácaros”, lo que hace que el 20 % de la población de las islas sufra algún tipo de asma, porcentaje que se reduce al 5 % en el territorio peninsular.
Según la doctora, la alta prevalencia de la alergia en Canarias la causan la rinitis que se manifiesta ante los ácaros del polvo, los epitelios de los animales, en especial los gatos y “los pólenes de maleza”.
En otro orden de cosas, el presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), Antonio Valero, ha advertido de que “una de cada cuatro personas padece alguna enfermedad alérgica en algún momento de su vida” y que para el año 2030 se prevé que el 50 % de la población mundial conviva con alguna de estas patologías.
