El 3 % de la población tiene riesgo de padecer una reacción sistémica por picaduras de insectos

El 3 % de la población tiene riesgo de padecer una reacción sistémica por picaduras de insectos

El 3 % de la población española tiene riesgo de padecer una reacción sistémica por una picadura de insecto, especialmente los niños y sobre todo en verano, según ha informado la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Asma y Alergia Pediátrica (SEICAP).

 

Una de las reacciones alérgicas a picaduras más habituales es al veneno de himenópteros (avispas o abejas), las cuales, según ha informado el miembro del Grupo de Trabajo de Educación Sanitaria de la SEICAP, Juan Carlos Cerdá, aparecen "rápidamente", a los pocos minutos después de la picadura y pueden ser de dos tipos, locales y sistémicas o generalizadas.

En este sentido, las locales se manifiestan con enrojecimiento, hinchazón y dolor de la zona afectada y, aunque pueden ser "muy intensas", si la inflamación no sobrepasa dos articulaciones, "no son peligrosas" y lo único que requieren es limpieza de la zona con agua y jabón. Además, se puede aplicar amoniaco y frío local, además de tomar por boca, antihistamínicos y corticoides.

Ahora bien, el experto ha apostillado que a veces estas reacciones locales intensas dependen de una gran sensibilidad de la piel del niño que se llama dermografismo y no de una reacción alérgica.

Por su parte, las reacciones sistémicas implican "gravedad" y síntomas más allá de la zona afectada con la aparición de urticaria generalizada con habones y mucho picor, con inflamación de los ojos y la boca, estornudos y mucosidad, lagrimeo, dificultad para tragar y respirar, mareos, bajada de tensión y pérdida de conocimiento.

"Esto es lo que se conoce como reacción anafiláctica que puede ser muy peligrosa para la vida. Si un niño sufre esta reacción hay que administrarle rápidamente adrenalina intramuscular, si se dispone de ella, además de corticoides y antihistamínicos y se debe acudir de inmediato a urgencias para valoración por el equipo médico y completar el tratamiento si fuera necesario. Después debe ser remitido al Servicio de Alergia Pediátrica que le corresponda, para que pueda ser estudiado", ha aconsejado.

Dicho esto, Cerdá ha explicado que la alergia al veneno de los himenópteros se desarrolla con el tiempo y, es en el siguiente mordisco cuando aparecen los síntomas, por lo que es importante estar pendientes de los niños, ya que a veces en ellos una picadura de avispa o abeja puede pasar desapercibida.

Los pediatras han destacado la importancia de llevar a cabo una serie de pautas para evitar estas picaduras como, por ejemplo, no intentar espantar los insectos con la mano, sacudir ropa y zapatillas antes de ponérselas, el uso de repelentes para la piel cuando se sale a la calle, en especial en sitios con vegetación, no usar cremas ni colonias demasiado perfumadas, vestir ropas poco coloridas y a ser posible con manga larga y pantalón largo, y evitar comidas al aire libre.

"Es preferible evitar lugares con mucha vegetación y aguas estancadas, donde este tipo de insectos son más abundantes, sobre todo al atardecer, que es cuando tienen mayor actividad, y si es posible, no andar descalzos sobre el césped, no realizar comidas en el campo al aire libre y no utilizar ropas de colores llamativos, ni perfumes, para no atraer a los insectos", ha recalcado.

Además, ha destacado la necesidad de que los niños que son alérgicos a las picaduras de los insectos lleven un botiquín donde tengan adrenalina autoinyectable en pluma precargada, corticoides orales y antihistamínicos orales.

Asimismo, prosigue, deben saber autoadministrase la adrenalina si su edad lo permite y sus padres tienen que estar adiestrados en el manejo de estos dispositivos, así como el personal de campamentos donde el niño pasa gran parte del verano.

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