Los alergólogos advierten que se ha producido un aumento de casos de reacciones alérgicas severas en niños menores de 4 años, y de que las hospitalizaciones de anafilaxia por alimentos en adolescentes también han sufrido un repunte, aunque reconocen también que la mortalidad por esta causa es baja.
Las I Jornadas de Educación para la Salud, celebrada recientemente en Galicia, se centró en analizar todo lo que tiene que ver con el asma y la alergia en la etapa infantil, y en este marco, la dra. Montserrat Berrocal, médica adjunta y especialista en alergias del Servicio de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), pronuncio una conferencia en la que la anafilaxia, potencialmente mortal y que puede darse de manera súbita, fue la gran protagonista.
La especialista en alergias del CHUS confirmó que se ha dado un aumento de casos en menores de 4 años y que las hospitalizaciones de anafilaxia por alimentos en adolescentes también han sufrido un repunte, aunque destacó también que la mortalidad por esta causa es baja. En cuanto a su incidencia, Berrocal explico que es desconocida, y que depende de los rangos de edad y de las áreas geográficas, así como que ésta varía de 1-761/100.00 personas al año.
También destacó que se estima que la recurrencia es de entre un 26,5 a 54 % en los pacientes en los siguientes 1,5 y 25 años; al tiempo que insistia en la importancia de actuar lo antes posible ante un caso de reacción anafiláctica para evitar complicaciones y/o la muerte.
Además, se refirió a los síntomas más habituales, como son los muco-cutáneos, como urticaria, prurito, o eritema; los respiratorios, como dificultad respiratoria, sibilancias, tos, o disfonía; los digestivos, como náuseas, vómitos, dolor abdominal intenso; y los cardiovasculares, como taquicardia, bradicardia, dolor torácico, síncope, arritmias, o hipotensión.
Los desencadenantes más habituales de estas reacciones alérgicas graves, que aparecen de manera súbita o en las 2 horas siguientes de estar en contacto con el alérgeno, suelen ser los alimentos, en un 66 % de los casos, sobre todo la leche, huevo, pescado, legumbres y frutos secos.
También, reseñó que en un 20 % de las ocasiones no se reconoce el agente causal, por lo que se han de considerar alérgenos ocultos; y que en un 19 % se debe a las picaduras de himenópteros; y en un 5 % de los casos son los medicamentos los que la provocan, especialmente la amoxicilina y el ibuprofeno.
Con el objetivo de actuar lo antes posible para evitar complicaciones o desenlaces fatales, la especialista puso el foco en el tratamiento de elección en estos casos, que es la adrenalina intramuscular, que describió como un método fácil, rápido y seguro, que no tiene contraindicaciones para su uso dentro de una urgencia de esta magnitud, y que incluso puede ser autoinyectable.
Otros tratamientos, en estos casos son oxígeno, fluidoterapia IV, antihistamínicos, corticoides y broncodilatadores, según relató la experta, que advirtió de que todo niño que haya sufrido una anafilaxia debe ser remitido al hospital y permanecer unas horas en observación. Tras el alta será enviado a una Unidad de Alergia Pediátrica de modo preferente para ser evaluado, ha apostillado.
Tras sufrir un cuadro de esta relevancia, el pediatra deberá prescribir al niño al menos dos autoinyectores de adrenalina y enseñarle su manejo. El menor y/o su familia deberán llevar siempre consigo la adrenalina.
Además, el pediatra, dará un protocolo de actuación en caso de que se produzca una reacción, tanto para el paciente y su familia como para el colegio. A partir de ahí, el niño alérgico ha de estar siempre identificado y controlado en el colegio y en su entorno, debiendo estar adiestrados también los profesores en el manejo del autoinyector de adrenalina.