Un equipo de investigadores ha descubierto que las personas alérgicas tienen más presencia de un tipo concreto de células contra su alérgeno, mientras que las no alérgicas tenían muy pocas o ninguna. Publicado en la revista científica Science Translational Medicine, este hallazgo ofrece a los investigadores un nuevo objetivo en el tratamiento de las alergias de modo que podría conducir a nuevas terapias.
Investigadores de la Universidad McMaster, en Canadá, y la empresa farmacéutica danesa ALK-Abello han llevado a cabo un hallazgo revolucionario al descubrir una nueva célula que recuerda al organismo que uno es alérgico, que han denominado célula B de memoria tipo 2 (MBC2).
Este descubrimiento ofrece a los investigadores un nuevo objetivo en el tratamiento de las alergias y podría conducir a nuevas terapias, hasta el punto de que Josh Koenig, profesor asistente del Departamento de Medicina de McMaster y codirector del estudio ha llegado a decir que "hemos descubierto un tipo de célula B de memoria que tenía características únicas y una firma genética que no se había descrito antes".
Así las cosas, los científicos han hallado que "las personas alérgicas tenían esta célula B de memoria contra su alérgeno, pero las personas no alérgicas tenían muy pocas, si es que tenían alguna".
Las células B son un tipo de célula inmunitaria que produce anticuerpos y que ayuda a combatir infecciones ,pero también pueden provocar alergias. “Digamos que eres alérgico al cacahuete. Tu sistema inmunológico, gracias a MBC2, recuerda que eres alérgico al cacahuete y, cuando los vuelve a encontrar, crea más anticuerpos que lo hacen alérgico”, ha detallado Koenig.
Para llegar a este descubrimiento, los investigadores crearon tetrámeros a partir de alérgenos como el polen de abedul y el cacahuete para localizar células B de memoria difíciles de encontrar, y aprovecharon muestras de ensayos clínicos del laboratorio con inmunoterapia sublingual en tabletas que permite secuenciar grandes cantidades de células B productoras de IgE.
Utilizando tecnología de vanguardia, como la transcriptómica unicelular y la secuenciación profunda de repertorios de genes de anticuerpos en muestras de ensayos clínicos, los científicos pudieron establecer conexiones directas entre MBC2 y el anticuerpo que desencadena la reacción alérgica, lo que proporcionó el contexto necesario y finalmente reveló que el MBC2 era el hogar de la alergia.
En este sentido, Peter Sejer Andersen, vicepresidente senior y jefe de investigación de ALK, quien codirigió el estudio, ha explicado que "encontrar las células que contienen la memoria IgE es un paso clave hacia adelante y un punto de inflexión en nuestra comprensión de qué causa la alergia y cómo el tratamiento, como la inmunoterapia contra la alergia, puede modificar la enfermedad",
El descubrimiento de MBC2 ofrece a los científicos e investigadores un nuevo objetivo en el tratamiento de las alergias y podría conducir a nuevas terapias. En este sentido, Kelly Bruton, quien codirigió la investigación, ha detallado que "este descubrimiento realmente señala dos posibles enfoques terapéuticos que podríamos adoptar", para añadir que “el primero es atacar esos MBC2 y eliminarlos de una persona alérgica. La otra opción podría implicar cambiar su función y hacer que hagan algo que, en última instancia, no sea dañino cuando el individuo esté expuesto al alérgeno”.
Será necesario seguir trabajando para comprender mejor y, en última instancia, crear terapias, pero el descubrimiento de los MBC2 ofrece nuevas esperanzas para quienes padecen alergias.