Con la llegada de las altas temperaturas aumenta la exposición al polen, el principal causante de las alergias que produce síntomas como congestión nasal, estornudos o picor de ojos, que se suelen tratar en ciertos casos con antihistamínicos.
En este contexto, uno de los fármacos más populares, y de los más recetados en España para tratar las reacciones alérgicas, es la loratadina, que se utiliza contra alérgenos evitables, como algunos alimentos, y contra aquellas partículas que copan el ambiente, por ejemplo el polen.
La loratadina se encarga de reducir los niveles de histamina, la sustancia que provoca los diferentes síntomas de los procesos alérgicos en el organismo, y se administra por vía oral, con un efecto de actuación de entre 8 y 12 horas, que comienza a hacer efecto 1 y 3 horas después de ingerirlo.
Este popular antihistamínico sirve para combatir eficazmente los principales síntomas de la alergia, tales como mucosidad, estornudos, picor de ojos, nariz o gragante, enrojecimiento de la piel... sin embargo, es necesario tener en cuenta que los pacientes pueden experimentar una serie de efectos adversos si lo toman, por lo que siempre será necesario extremar las precauciones.
Entre los efectos adversos de este fármaco destacan la somnolencia y desorientación, especialmente en niños y ancianos; pero también, quien lo toma puede padecer naúseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, dolor de cabeza, sequedad de boca, sangrado de nariz, ojos rojos o picazón, o malestar general... e incluso, en casos más graves, el consumo de loratadina puede conllevar ronquera, mareos, pérdida del conocimiento o dificultad para hablar, respirar o tragar.