Cuando se padece alergia al deporte... y no es broma...

Cuando se padece alergia al deporte... y no es broma...

La alergia al deporte, como comunmente se denomina a la alergia inducida por el ejercicio, suele ir asociada a la ingesta de determinados alimentos o medicamentos.

Según ha explicado Ángela Meijide, portavoz de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), “la expresión clínica de la alergia inducida por el ejercicio puede ir desde una urticaria, a veces únicamente aparecen ronchas en el escote, hasta una reacción alérgica grave como es la anafilaxia, una sensación de falta de aire y ahogo, que provoca mareos y náuseas”.

En este sentido, Alergológica 2015, un estudio epidemiológico de referencia sobre las enfermedades alérgicas en España donde los especialistas recogen lo que ven en sus consultas, concluye que la incidencia de este tipo de alergia al deporte es muy baja, siendo tan solo tan solo el 1 % de la alergia alimentaria que llega a las áreas de alergología.

Según el portal de salud Cuidate Plus, el factor que se tiene que dar es que haya sensibilización a un alimento, siendo el trigo el más frecuente, de forma que en un estado normal, este alimento no provoca reacción alérgica, pero sí la produce al hacer ejercicio físico una o dos horas después de ingerirlo.

Además del trigo, hay otros alimentos con los que se puede producir alergia inducida por el ejercicio. Se trata de alimentos que contienen proteínas transportadoras de lípidos como el melocotón, aunque otros vegetales también podrían estar implicados, la portavoz de la Seaic, que afirma que también puede desencadenarse una reacción alérgica cuando el paciente toma un medicamento, como puede ser un antiinflamatorio como el ibuprofeno, y en el citado intervalo de tiempo practica ejercicio.

La alergia inducida por ejercicio es difícil de diagnosticar, porque los pacientes no relacionan los dos factores y solo lo cuentan en la consulta, explicitando algo así como: "salgo a correr y algunas veces me sale urticaria y otras no". Por eso, cuando los pacientes acuden al alergólogo con un cuadro de este tipo, se les dice que anoten todo lo que han tomado, comido o hecho entre una y dos horas antes y después del ejercicio físico, ya que eso es lo que puede guiar al alergólogo.

Los expertos destacan que en ningún caso seno debe dejar de consultar al alergólogo, porque la gravedad de las reacciones podría ir en aumento, hasta el punto de que hay pacientes que son muy sensibles y solamente con ir corriendo a algún sitio ya presentan síntomas de este tipo de alergia inducida por ejercicio. En cambio, otros necesitan jugar un partido de fútbol completo para llegar a padecer esta reacción alérgica.

Por otra parte, conviene saber que los afectados son mayoritariamente pacientes atópicos que ya tienen otras alergias, tales como alergia al polen.

Entre los consejos de los alergólogos para tratar este lipo de alergia, una vez diagnosticada, destaca evitar la ingesta del alimento o medicamento en cuestión durante las dos horas previas al ejercicio físico o las dos horas posteriores a esta práctica... y en caso de reacción, el paciente debe disponer de un botiquín de emergencia, con antihistamínicos, corticoides y adrenalina.

Mención aparte merece la práctica de deportes en pacientes con asma, ya que practicar deporte mejora la resistencia respiratoria y la tolerancia a la actividad física, haciendo que el entrenamiento reduzca la necesidad de medicación, el absentismo escolar y laboral o la sensación disneica por el fortalecimiento de la musculatura torácica.

En este sentido, según explica Julio Delgado, miembro del Comité de Asma de la Seaic, “la clave está en el control. La respuesta fisiopatológica al ejercicio es similar en individuos asmáticos bien controlados e individuos sanos. Con un entrenamiento apropiado y medicación hay, incluso, atletas con asma leve y moderada que pueden participar con éxito en la alta competición”.

E cualquier caso, los expertos destacan la existencia de una entidad clínica denominada “broncoconstricción inducida por ejercicio (BIE)”, que no es sino un estrechamiento transitorio de las vías respiratorias inferiores después de practicar deporte en presencia o ausencia de asma clínicamente reconocida. Een este caso, el ejercicio no es la causa del asma, sino un agravante o desencadenante de los síntomas.

En este sentido, para Delgado, “más del 90 % de los sujetos con asma, independientemente de su gravedad, pueden llegar a tener broncoespasmo en relación con el esfuerzo físico. Por lo tanto, el ejercicio es únicamente uno de los estímulos que inducen estos episodios y su presencia indica falta de control del asma”.

Otros síntomas atípicos son fatiga, dolor abdominal o un estado diferente al de la forma física habitual.

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