Cuatro trabajadoras denuncian a Merck por provocarles asma

Cuatro trabajadoras denuncian a Merck por provocarles asma

Una empleada de la multinacional farmacéutica Merck descubrió hace algunos meses que, tras más de veinte años como empleada en la compañía en España, ha desarrollado un asma crónica que se ha sumado al lupus que llevaba sufriendo desde joven y que le supuso un 65 % de minusvalía.

Los informes médicos realizados por la aseguradora de la empresa lo certifican: el asma que sufre es una enfermedad profesional. Según recoge el documento en los hechos probados, ella y otras tres trabajadoras estuvieron manipulando varias sustancias químicas como etanol y sosa sin la protección adecuada, al menos, "hasta la comunicación de la primera enfermedad profesional", según consta en el documento.

Cuenta El Confidencial que tras una batalla legal de dos años y tras dos intentos de reubicación por parte de la empresa, tendrá que empezar a buscarse una vida nueva, aunque las opciones son escasas en su caso, dada la delicadeza de sus vías respiratorias.

Su diagnóstico certifica asma ocupacional. “Empecé a sentir molestias en 2002, aunque yo pensé que era ansiedad. A veces llegaba llorando porque no sabía qué me pasaba, pero no podía ni trabajar con una jornada laboral reducida” recuerda, tras asegurar que no era la única que se sentía así en su departamento.... y es que otras tres trabajadoras también se sienten condenadas de por vida.

Las cuatro trabajaban en el Área de Producción de la sede que Merck tiene en Tres Cantos (Madrid), donde se encargaban de preparar los medios de cultivo celulares para producir hormona folículo estimulante y hormona del crecimiento; además de limpiar y esterilizar todos los materiales necesarios en los procesos de los laboratorios.

Tal y como constata uno de los informes realizados por Inspección de Trabajo, tras la denuncia, ellas y otra veintena de compañeras trabajaban con algunas sustancias utilizando mascarillas quirúrgicas, ese tipo que cualquiera puede comprar en la farmacia y que se utilizan en los hospitales para no contaminar al paciente, pero que no funcionan... al contrario, las empleadas estaban expuestas durante más de ocho horas a todo lo que flotaba, invisible, por la sala.

Las trabajadores insisten en que nunca recibieron formación, ni práctica ni teórica, sobre cómo evitar contaminarse, pero sí sobre cómo no contaminar los productos tratados.

La empresa, que ha recurrido la multa, alega que esta no es firme y niega cualquier tipo de enfermedad laboral. Además, apunta que en el momento en el que se sospecha de que un empleado sufre de enfermedad profesional, se actúa realizando un reconocimiento médico para valorar la recolocación en otro puesto de trabajo.

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