Cuando el caballo tiene alergia a algún alimento...

Cuando el caballo tiene alergia a algún alimento...

La alergia a los alimentos en el caballo es algo infrecuente y es probablemente la razón de que no se entienda muy bien todavía su mecanismo; pero lo cierto es que de vez en cuando se ven caballos que padecen problemas durante mucho tiempo, y su propietario no es capaz de averiguar cuál es la causa verdadera del problema que les aqueja.

Se han hecho pocos estudios sobre las alergias a la comida en el caballo, y en estos momentos la información de que se dispone sobre la alergia en los caballos se basa en datos algo anecdóticos y no en estudios realmente controlados.

Las alergias en los caballos se clasifican como en los humanos en varios tipos, atendiendo a la rapidez con la que aparecen y su virulencia, y las sustancias que causan la mayoría de las reacciones adversas suelen ser alfalfa, pulpa de remolacha, salvado, trébol, avena, patatas, trigo y aditivos a piensos y suplementos.

Según cuenta el portal Ecuestre, la primera etapa de la alergia es la fase en la que el caballo desarrolla una sensibilidad a una parte de su dieta y en vez de tolerar la comida existe una respuesta anormal; y no se puede padecer una alergia hasta que el alergógeno no traspasa la barrera de la mucosa y por tanto queda expuesto el tejido en cuestión a dicho alergógeno.

El tracto intestinal tiene varios mecanismos que previenen la absorción de sustancias que puedan causar alergias, tales como las enzimas intestinales actúan sobre moléculas grandes para que se conviertan en moléculas menos antigénicas, el moco y las curvas cerradas del epitelio no permiten a las macromoléculas pasar la barrera intestinal y así, normalmente, no llegan al sistema inmunológico, o el movimiento intestinal que ayuda a proteger contra reacciones alérgicas, pues las moléculas pasan a una velocidad suficientemente alta como para no permitir la absorción.

Si la molécula antigénica pasa a través de la barrera intestinal puede causar una reacción hipersensible. Esto puede pasar con animales jóvenes que no tienen una barrera intestinal completamente desarrollada o en animales mayores cuya barrera intestinal ha comenzado a degenerar. También es común en animales que padecen alguna enfermedad gastrointestinal que ha llegado a dañar su barrera intestinal.

Las reacciones inmediatas provocadas por la alergia pueden incluir prurito, eritema o urticaria, y no se conocen las razones por las que a veces hay una respuesta inmunológica anormal, y que puede ser debido a un problema genético o puede estar relacionado con otro problema secundario, como una infestación de parásitos.

Otra causa de alergias está relacionada con las glicoproteínas que se encuentran en muchos tipos de forrajes frescos y secados, cereales, piensos y ciertos suplementos. No se sabe cuáles son las glicoproteínas o qué parte de la glicoproteína funciona como antígeno, y tampoco se sabe con exactitud cuál es la incidencia de las alergias en los caballos, pero está considerada poco común.

A menudo es difícil saber el historial verdadero del animal, y esto es primordial para diagnosticar y controlar una alergia, ya que hay que involucrar a la persona que maneja el caballo día a día, hay que saber la edad del animal, cuándo empezó el problema, en qué época del año, las condiciones ambientales, cambios en el ambiente y entorno del caballo y los efectos que estos cambios producen en los síntomas que padece.

Las alergias a los alimentos pueden empezar a cualquier edad y sus síntomas normalmente no cambian cuando se cambia de ambiente si no se varía la dieta. Es muy complejo manipular la dieta de esta manera para un caballo en competición o carreras, algo necesario para averiguar de dónde viene el problema signos clínicos, que piueden ser muy variables tanto en el caballo como en otras especies. La alergia normalmente se aprecia por una irritación de tipo prurítico, aunque también se puede percibir como una urticaria no prurítica.

El caballo puede asimismo padecer irritaciones de piel si existen en la cuadra o en su ambiente habituales ácaros en cantidades desproporcionadas. Se puede diagnosticar este problema tomando una muestra de la piel de la parte en la que se rasca el caballo. Concretamente, recogiendo una biopsia o una citología de la superficie de la piel.

El primer paso para relacionar una alergia con un alimento es asegurarnos de que la irritación no proviene de otra fuente, y en caso de duda, muchos veterinarios utilizan una terapia con ivermectina que puede ayudar a eliminar la posibilidad de infección por parásitos.

Si la irritación ha surgido por un contaminante en el pienso, suplemento o forraje, con un simple cambio de alimento se puede resolver la situación; sin embargo, si padece realmente una alergia a un alimento, el tema es más complicado, y la única manera fiable de confirmar un diagnóstico de una alergia a un alimento es con la utilización de una dieta de eliminación. 

Organizaciones