Los gatos, seguidos de los perros, son los animales que más alergia producen a las personas que están a su alrededor llegando a causarles picores, irritación en los ojos, tos, estornudos o incluso dificultades respiratorias... pero aunque normalmente tendemos a pensar que la causa de las reacciones alérgicas a los gatos es su pelo, sin embargo, no es así.

El problema viene de una proteína alergénica llamada FEL D 1, ubicada en la saliva y las glándulas sudoríparas de los felinos, que liberan dicha proteína con la caspa y, cuando ellos mismos se lamen, la expanden por todo el cuerpo. Esta proteína también se esparce por el exterior con la caída del cabello.

Cuando el alérgeno entra en contacto con las personas con un sistema inmunológico más sensible a esta sustancia, la proteína provoca el brote alérgico, cuyos síntomas más frecuentes son la tos y la congestión.

Como solución se puede utilizar el eucalipto, que también funciona como antiséptico contra los arañazos de los gatos. Con una infusión al día de esta hierba, suele ser suficiente. Por otra parte, para el picor en los ojos cuando se entra en contacto con estos animales, es bueno poner remedio cuanto antes porque si los síntomas aumentan, se podría sufrir una conjuntivitis. Ante todo, es importante evitar frotar los ojos.

También es importante estar pendientes de las erupciones en la piel en forma de sarpullidos o enrojecimiento, lo cual es muy habitual, y si no se trata a tiempo, puede convertirse en urticaria.

Si te han diagnosticado alergia a los gatos, lo más aconsejable es cesar la convivencia con el animal para no poner en peligro tu estado de salud, aunque en algún caso concreto, se recomienda instalar un purificador de aire en casa, aunque debe ser un profesional quien determine la mejor solución.

Como pautas básicas para reducir esta reacción, destaca que el felino no puede entrar al dormitorio. Teniendo en cuenta que pasamos la mitad de nuestra vida en el dormitorio, para evitar la alergia la habitación debe estar muy limpia, lo que significa que, aunque dormir con el gato puede ser placentero, lo mejor es mantenerlo alejado de la zona de descanso.

Además es recomendable tener cuidado con las alfombras, un elemento decorativo que se convierte habitualemnet en un punto de concentración de pelos y partículas de la piel de los gatos. Por eso, tanto las alfombras como las mantas, los cojines o las almohadas deben cepillarse varias veces a la semana.

Por oitra parte, el cepillado del gato es fundamental. El felino debe bañarse todas las semanas, pero con más frecuencia durante las temporadas donde muda el pelo. Lo ideal es que el cepillado no lo haga el alérgico, a parte de utilizar lociones u otros productos líquidos que se pueden aplicar sobre la mascota, cuyo objetivo es controlar la caspa sobrante de su piel, aunque este método no cuenta con una efectividad demasiado alta.