¿Cómo calmar la sensibilidad en época de alergia al polen...?

¿Cómo calmar la sensibilidad en época de alergia al polen...?

El polen es un enemigo que acecha a las personas con síntomas de alergia, justo coincidiendo con la salida del confinamiento por el coronavirus, ya que los niveles de polen en el aire están justo en este momento en su estado más álgido, como consecuencia de una primavera lluviosa, lo que ayuda a exacerbar síntomas como la congestión nasal, el escozor de ojos o con picores en la piel.

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), el polen ha aumentado dos veces más que el año pasado y ello favorece la aparición de más reacciones alérgicas durante estos meses, lo que está provocando síntomas como brotes de lo que parece acné, inflamación o ronchas.

En estos casos, se suele echar mano de la histamina, una sustancia química que, en realidad, está presente en el organismo humano. Cuando una persona es alérgica a una sustancia, como es el polen en esta época, el sistema inmunitario responde a él porque lo concibe como algo nocivo, y en este esfuerzo por protegernos, se desata una cascada de reacciones entre las que está la liberación de la histamina que actúa en zonas como los ojos, la nariz, la garganta, la piel o los pulmones provocando los síntomas que todos entendemos como un brote de alergia.

Cuando alguien toma un antihistamínico, lo que está intentando es inhibir los síntomas que provoca la liberación de la histamina, pero según los niveles de alergia que se tengan, esto no siempre funciona tanto como uno desearía y la sensación sintomática se puede mantener. En la piel, esto se puede traducir en la aparición de rojeces, en una inflamación o, incluso, en la presencia de posibles granitos, ocasionando una situación que se puede mantener en el tiempo si no se toman las medidas adecuadas.

En estas situaciones, los expertos aconsejan hacer una visita a sus terapeutas habituales, puesto que habrá que analizar si la piel ha sufrido un proceso de sensibilización y si requiere un cambio de prescripción hacia fórmulas más pensadas en aplacar esos síntomas y no alrededor de las preocupaciones que se estuvieran tratando previamente (arrugas, finas líneas, manchas, etc.).

Hay una serie de alimentos que son apropiados cuando suben los niveles de histamina, como la manzana o el aguacate, las bebidas de avena o sésamo, las infusiones sin teína, la yema de huevo y las verduras de hoja verde, legumbres -salvo garbanzos- y las carnes, salvo las de cerdo o los derivados, como los embutidos.

Los alimentos a evitar en estas situaciones son el chocolates y derivados, café y , los mariscos y las conservas, frutas como las fresas, las naranjas o la papaya, los lácteos y los frutos secos, entre otros.

Otra clave para tratar los síntomas es ayudarse de principios que ayuden a respirar mejor, puesto que la congestión y los problemas respiratorios pueden inducir a brotes acneicos por una falta de oxigenación. Estos brotes son típicos de zonas zomo las mejillas y zona asociada al pulmón.

En estos casos, se deberá reducir al mínimo la rutina de belleza para dejar de mandar principios a la piel que pueden producir una sobre activación y un aumento de la sensibilidad o los síntomas que presente; y serán de vital importancia los ingredientes hipoalergénicos, los activos calmantes como la niacinamida, y los principios humectantes poco sensibilizantes, puesto que incluso el ácido hialurónico puede agravar la situación dependiendo de su peso molecular. 

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