Alergia a proteinas de la leche de vaca, posible causa de los "cólicos del lactante"

Alergia a proteinas de la leche de vaca, posible causa de los "cólicos del lactante"

Aunque la causa de los cólicos de los lactantes no se conoce todavía, pueden deberse a la inmadurez del aparato digestivo, al estreñimiento del bebé o su hipersensibilidad ante determinados estímulos, por lo que los padres deben acudir siempre al pediatra para que descarte otro tipo de enfermedad o trastorno y diagnostique si se trata de cólicos del lactante o no.

Este mal suele ser menos frecuente en bebés alimentados con lactancia materna, aunque no es determinante; y lo sufren muchos bebés sin predominar en los que se alimentan con leche materna o leche de fórmula. Sin embargo, para algunos especialistas la alergia a las proteínas de la leche de vaca puede ser una de las causas de los cólicos y se puede mejorar la situación si la madre reduce la ingesta de leche de vaca o se alimenta al niño con una leche de fórmula indicada para estos casos.

Cuando un bebé sufre un cólico, suele empezar con ataques de llanto de inicio repentino, más frecuentes durante la tarde y la noche, que pueden durar desde unos minutos a varias horas. El bebé suele encoger las piernas sobre el abdomen y cerrar los puños. Una vez superada la crisis de llanto el bebé vuelve a comportarse de forma normal.

Los cólicos del lactante son un trastorno benigno que acaba desapareciendo antes de los 4 meses. Si esto no ocurriese hay que volver al pediatra para que evalúe la situación. Cuando el bebé sufre esos ataques repentinos de llanto, los padres tienen que intentar transmitirle tranquilidad y descartar que se deba a otras causas como hambre o el pañal; y se le puede ayudar a expulsar los gases poniéndole en posición vertical.

En ocasiones, el llanto se calma cuando los padres lo mecen, lo columpian o le dan un paseo en su carrito. Otra alternativa puede ser el método canguro que se basa en el contacto permanente piel con piel entre la madre y el recién nacido, con lo que se consiguen importantes beneficios, un método que fue aplicado por primera vez para mejorar la salud de los bebés prematuros que se encontraban en incubadoras.

Se comprobó que estos bebés en contacto piel con piel con su madre, mantenían mejor su calor corporal, estaban más calmados, respiraban mejor y tenían el pulso más estable.

Otra idea es el método denomiado “vuelta al útero” que se consigue a través de cinco sencillos pasos entre los que se encuentra envolverlo, limitando el movimiento de brazos del bebé, poniéndolos a los lados del cuerpo bien sujetos, colocar al bebé de lado o boca abajo sujetándole por la barriga o mecerle como si de un columpio se tratase pero más rápido, casi como tiritando.

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