La vida de Violeta Besteiro, vecina de Valencia, cambió radicalmente cuando hace unos años le detectaron bronquiectasias, una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas que implica la dilatación de los bronquios y que le lleva, en ciertas ocasiones, a vomitar sangre; lo que le hace vivir en una especie de burbuja, salir a la calle con mascarilla, no recibir en casa a nadie que lleve perfume y sufrir hemorragias esporádicas en los bronquios.

Esta hipersensibilidad alérgica hace que esta ciudadana sufra con gran intensidad problemas de olores, insectos o partículas en el aire que para otra persona pasarían inadvertidos, motivo por el cual, desde hace ya más de un año, está litigando con la Concejalía de Parques y Jardines, del Ayuntamiento valenciano, tiempo en el lleva solicitando, sin éxito, que se tale la copa de un árbol que está situado frente a su vivienda.

«De las hojas de la copas, aparte de olores, me entran insectos y avispas, tengo que tener mucha precaución porque si me pica una, con la alergia que tengo, puedo tener un shock», defiende Violeta, que lamenta que el Ayuntamiento le ha respondido siempre con evasivas, primero indicando que el árbol se iba a podar en breve y luego, afirmando que «no se observan necesidades de poda».

En julio de este año, le comunicaron que «han sido realizadas labores de poda este año en el ejemplar arbóreo solicitado», y ante una nueva carta de protesta e indignación de la afectada, el servicio de Jardinería le mandó una nueva carta que le provocó, si cabe, todavía más frustración, pues en ella se se informa a la interesada que "los trabajos de poda se realizan adecuándose a cada especie. En el caso que nos ocupa, una poda más agresiva ocasionaría graves daños al ejemplar arbóreo objeto de este expediente".

Para Besteiro, esta respuesta es «deleznable» y ha incidido en que lo que pide es «ayuda humanitaria", debido a sus graves problemas de salud.