La vuelta al cole multiplica las alergias y las infecciones virales en los niños

La vuelta al cole multiplica las alergias y las infecciones virales en los niños

El inicio del curso escolar conlleva un incremento de alergias e infecciones virales entre los más pequeños, sobre todo por que la principal fuente de las mismas son otros niños del entorno que actúan como transmisores de la infección, especialmente si hay mucho contacto con secreciones, tales como mucosidad, saliva... etc.

Algunas de las infecciones virales más frecuentes durante la infancia son los catarros de vías altas, las bronquiolitis, las gastroenteritis o las manchas en la piel. Debido al elevado número de infecciones de este tipo que padecen todos los niños al cabo del año y la preocupación que generan en los padres, las infecciones virales constituyen el principal motivo de consulta durante la infancia.

Durante los primeros cuatro años de vida, los niños tienen una media de 12 a 15 infecciones anuales, la inmensa mayoría de ellas de causa viral y concentradas durante el periodo escolar. Aunque la fiebre es uno de los signos más comunes en las infecciones virales, éstas se pueden acompañar, además, de algunos signos y síntomas inespecíficos, como la falta de apetito o el dolor abdominal o de cabeza. También es normal que el niño esté más apagado, con menos ganas de jugar.

Todos estos signos y síntomas, aunque suelen preocupar a la familia, pero no deben alarmarnos, ya que forman parte del cuadro general de cualquier infección.

Para tratar estas patologías, a diferencia de las bacterianas, en la mayoría de las ocasiones sólo se precisa un tratamiento sintomático, pero cuando el niño enferma, antes de administrar cualquier tipo de medicamento, lo primero que debemos hacer es conocer si la patología que padece el menor está producida por un virus o por una bacteria, ya que, en general, las infecciones producidas por bacterias suelen ser más graves y sí necesitan, en la mayoría de las ocasiones, tratamiento antibiótico.

Dentro de unos límites considerados normales, las infecciones constituyen parte del proceso de desarrollo de los niños, ya que suponen un entrenamiento para que sus defensas maduren de forma normal. Cada vez está más demostrado que los niños que crecen en un entorno excesivamente limpio desarrollan con más frecuencia problemas de asma y alergia en las edades posteriores.

La exposición a gérmenes y otras sustancias a estas edades hace que el sistema inmune aprenda a reconocerlas, a diferenciarlas de las sustancias que forman parte del organismo y a desarrollar una respuesta adecuada y proporcionada ante futuros contactos.

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