Cuando se padece alergia al árbol de Navidad...

Cuando se padece alergia al árbol de Navidad...

El síndrome del árbol de Navidad es la curiosa denominación de un trastorno que afecta a la salud y que, aunque poco conocido, puede poner en jaque nuestra predisposición a disfrutar de las fiestas navideñas. La culpa la tiene, y de ahí su nombre, el árbol navideño, ese pino o abeto que con tanta ilusión llevamos a casa para decorar.

El caso es que en los árboles navideños naturales pueden habitar más de medio centenar de especies de moho, según la conclusión a la que llegó un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Medicina de Nueva York tras analizar cerca de una treintena de árboles, añadiendo que el 70 % de estas especies de moho podían ser potencialmente nocivas para la salud.

El síndrome del árbol de Navidad es un tipo de alergia cuyos principales síntomas son ataques de asma, fatiga, picazón en los ojos o congestión nasal. Alergia causada por los mohos y el polen que pueden traer consigo los árboles y que, de manera involuntaria, llevamos a casa. Estos síntomas pueden aparecer de manera inmediata o en las semanas siguientes a colocar el árbol.

Aunque poco conocido, el síndrome del árbol navideño no es nuevo, sino que hay que remontarse hasta la década de 1970. En esa fecha, Derek M. Wyse publicó un singular estudio sobre la alergia al abeto navideño, y en el que ya describió las consecuencias de tener demasiado tiempo en casa estos árboles naturales.

Siguiendo las recomendaciones de la American Christmas Tree Association (ACTA) para disfrutar de una Navidad con salud, en caso de padecer problemas respiratorios es mejor optar por alguna alternativa al árbol navideño natural. De igual manera, si optamos por un árbol sintético hay que mantenerlo libre de polvo para evitar alergias a los ácaros.

Aunque no tengamos asma o alergia, si optamos por un árbol natural no estará de más seguir algunas recomendaciones, tales como que al colocarlo en casa conviene lavarlo con abundante agua y dejarlo secar al aire durante un par de días. De esta manera eliminaremos polen y moho. Una vez dentro, será conveniente evitar que permanezca en casa más de una semana. Además, si tienes que mover o tocar el árbol, lo mejor es usar guantes y prendas de manga larga para evitar lesiones en la piel con las ramas.

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