40.000 euros es la cantidad de dinero que, según una sentencia de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), debe pagar el SES a una mujer que no fue bien tratada.
Aquí le dijeron que tenía una enfermedad rara y en Sevilla lograron dar con el tratamiento adecuado tras diagnosticarle que lo que padece es alergia al látex.
Su calvario comenzó en febrero de 2007, cuando tras sufrir una caída accidental fue escayolada. Sufrió una serie de complicaciones que la llevaron a necesitar cirugía en junio de 2007 por tumefacción del dorso de la mano derecha, y rigidez en los dedos, presentando en enero de 2008 una mano necrosada.
Según cuenta el diario Hoy de Extremadura, en julio de 2008 la doctora que le atiende le indica que presenta reacción inflamatoria a las curas con nitrato de plata, valorándola remitirla a Cáceres para realizarle un injerto.
El Complejo Hospitalario de Cáceres emitió entonces un informe en el que reflejaba que tiene una distrofia que pudo haberse agravado por intervenciones quirúrgicas sucesivas y vendajes inadecuados.
En enero de 2009 además de la distrofia en la mano derecha se le informa de una necrosia cutánea de pésima evolución, aconsejándole que acuda a otra Comunidad Autónoma a tratar su mal.
En septiembre de 2009 empezó a ser tratada en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde le señalan que las secuelas que presentan equivalen a una amputación funcional de la mano afectada.
Tras un tratamiento adecuado, en 2014 lograron que ya no tenga heridas.
El tribunal ve responsable al SES de no haber diagnosticado bien la enfermedad de la mujer: "En el centro de Sevilla sí han sabido realizar un tratamiento adecuado a la paciente y a la 'enfermedad rara' que padecía. Allí fue diagnosticada por la Unidad de Alergia, con alergia al látex"