La alergia emocional se produce en situaciones de mucho estrés o de ansiedad, y los síntomas suelen pasar por un fuerte enrojecimiento y picor en la piel o ciertos problemas respiratorios, que se suceden ante determinadas emociones negativas, en las que el organismo genera una reacción muy parecida a la que se produce ante la presencia de un alérgeno.
En el caso de la piel, los síntomas son muy parecidos a los que se producen con la urticaria, con erupciones, enrojecimiento y quemazón, que pueden variar según la persona, influyendo ciertos factores tales como la edad o la fuerza de las emociones.
El estrés o la ansiedad puede afectar de una manera directa al sistema nervioso y al inmunitario, lo que hace que se libere una gran cantidad de cortisol en el cuerpo que dará lugar a la alergia.
De igual manera se cree que en una época pasada se podría haber producido un fuerte shock emocional dando lugar a que el inconsciente detectara algo o alguien como agresor, relacionándolo con la época presente. Este elemento sería un alérgeno, dando lugar a una alergia emocional que debe tratarse de igual manera que la gran mayoría de las reacciones alérgicas.
Lo normal es tomar antihistamínicos junto con corticoides para aliviar los síntomas; y en el caso de que no mejore, puede ser recomendable acudir a una terapia psicológica.
Aparte de esto, también suele ser normal prescribir medicamentos para tratar la ansiedad y el estrés; aunque en cualquier caso, antes de iniciar un tratamiento, es importante el realizar un buen diagnóstico.
En el caso de la alergia de tipo emocional, se debe estar seguro de que la raíz de dicha reacción es ese problema.