Con los cambios de estación, podemos observar nuestro rostro con alergia, y es que, aunque no nos demos cuenta, lo sabemos, ya que habrá zonas ligeramente hinchadas, o tendremos la piel más seca en algún punto, incluso observemos algunos enrojecimientos.
Si además estos síntomas aparecen con estornudos, cierta picazón en la garganta, ojos llorosos, o la incómoda nariz con secreción, podría ser un cuadro alérgico que si no se identifica inmediatamente podría empeorar.
Según ha explicado el doctor Jorge Padilla, en estos casos "podemos observar sarpullido, enrojecimiento, e incluso pueden aparecer pequeñas vesículas, resequedad y descamación entre otros que surgen cuando el organismo secreta químicos, como las histaminas, los cuales provocan síntomas de alergias". El doctor reconoce que esto puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero si aparece en el rostro debemos recordar que allí la piel es mucho más delicada.
Si, además, aparece comezón, el rascarnos puede causar no solo que arranquemos la capa protectora natural de la piel, sino que se produzcan mínimas heridas que se traduzcan en canales de infección.
Son variadas las causas que pueden ocasionar este tipo de reacciones de sistema inmune ante un agente extraño, cosméticos, como cremas, maquillajes, fragancias; el polvo, el polen e incluso ingredientes que popularmente se consideran inofensivos pueden ocasionar irritaciones si se aplican directamente sobre la piel, como la sábila. Además, no desmaquillarnos adecuadamente podría hacernos más propensos a sufrir alergias.
Los cambios de estación, con el polen y los cambios de temperatura, propician también la hipersensibilidad. En este sentido, cabe destacar que es importante identificar si las marcas en el rostro aparecen por alergia a algo que ingerimos porque en este caso podría tratarse de un caso de mayor gravedad y se podría necesitar un medicamento antihistamínico.
Padilla ha señalado que para tratar con éxito la dermatitis por contacto, es fundamental dar con la causa y, normalmente, una vez que se establece y aplica el tratamiento, los síntomas desaparecen en poco tiempo. Sin embargo, la mejor manera de librarnos de la reacción alérgica es mantenernos lejos de la sustancia que la ocasiona, evitar los productos perfumados y los aceites esenciales, porque son irritantes para la piel y, si es inevitable, además de los antialérgicos recomendados por el médico, los tratamientos tópicos con corticoides funcionan para minimizar los daños.
Asimismo, una rutina de cuidado que habitualmente limpie y proteja la piel es un valioso soporte. Por este motivo, es recomendable lavar el rostro con productos suaves, sin detergentes, aplicar el tratamiento que haya sido recetado, hidratar y aplicar protector solar preferiblemente mineral. Pero, sobre todo, lo más importante es reparar la piel con productos emolientes que restauren la capa que pudo haberse perdido por la comezón y la descamación son fundamentales.
También es recomendable que, mientras permanecen los síntomas, evitemos el uso de exfoliantes, astringentes y otros productos que ocasionen más resequedad y que, a la larga, deberían ser usados bajo recomendación médica; al tiempo que debemos sumar a nuestro tocador productos hipoalergénicos, diseñados para piel sensible y evitar los tratamientos caseros de cuyo funcionamiento no estamos seguros, porque podrían empeorar la situación.