Aunque los síntomas comúnmente asociados a la alergia son bien conocidos, la inflamación del tracto respiratorio superior, los estornudos o el picor de ojos y nariz, suelen llegar acompañados de otros problemas "menores", o no tan "menores", que afectan y limitan la calidad de vida de los alérgicos, tales como la fatiga, los problemas de sueño, la depresión o un mayor riesgo de accidentes.
Así las cosas, un amplio abanico de investigaciones ha evidenciado que las personas que padecen de alergia, pieden padecer un sinfín de síntomas que empeoran su calidad de vida, además de producirse el hecho que que pueden experimentar varias alergias a la vez, lo que puede hacer que la alergia se convierta en realmente peligrosa.
En este sentido, el portal Business Insider ha elaborado una relación de los riesgos asociados que puede producir tener alergia, y de los que en ocasiones, quien los sufre ni siquiera se había dado cuenta. Estos son:
- Riesgo de alergia cruzada
Uno de los riesgos de mayor relevancia y desconocido para muchos de los pacientes con alergia es el riesgo de reacciones cruzadas entre alérgenos ambientales y los alimentos. En este sentido, las reacciones cruzadas implican que una persona con una alergia ambiental, con el tiempo y de forma inesperada pueda desarrollar una reacción alérgica tras la ingesta de algunos alimentos, permite saber.
- Peor calidad del sueño
El 53 % de los pacientes con rinitis alérgica tiene una mala calidad del sueño y el el 21 % refiere excesiva somnolencia diurna, según se desprende del estudio SOMNIAAR que evaluó en España a más de 2.200 pacientes de 104 centros. La interferencia que se produce con el dormir se debe a los efectos de síntomas tales como congestión nasal, mucosidad acuosa y estornudos, lo que conlleva tener que respirar por la boca provocando una mala ventilación y mala oxigenación de la vía respiratoria, alterando el sueño.
- Mayor riesgo de accidentes
Las alteraciones del sueño y la somnolencia diurna pueden interferir negativamente en la calidad de vida de los alérgicos. Siguiendo con los datos del estudio, el 61 % de los encuestados afirmó sufrir alguna disfunción diurna por haber descansado mal por la noche. Los trastornos del sueño tienen un efecto marcadamente negativo sobre las funciones cognitivas, ya que deterioran el funcionamiento psicomotor, lo que entre otras cosas aumentan la probabilidad de sufrir accidentes. Así las cosas, el riesgo de sufrir un accidente de tráfico aumenta en un 30 % con conductores alérgicos, puntualizan desde la Dirección General de Tráfico (DGT).
- Menor productividad
En 2006 un estudio publicado en Nature reveló que la capacidad de las personas con rinitis alérgica para participar en un trabajo productivo se veía en ocasiones mermada a causa de su sintomatología y la pérdida de calidad de sueño consiguiente. La investigación se basó en 577 encuestados con distintos niveles de atención médica, de los cuales, el 41,6 % recibía instrucciones de un médico de familia, el 29,8 % recibieron atención de un alergólogo, y el 28,6% se autogestionaron. La pérdida de productividad laboral durante la semana analizada no difirió significativamente entre los 3 grupos, que de media, reportaron una hora de trabajo perdida a la semana debido a sus síntomas de alergia.
- Peor desempeño en el aprendizaje
Efectos similares sobre el rendimiento detectó una investigación española sobre alumnado. De acuerdo con este estudio observacional, la rinitis alérgica causó una pérdida total de productividad en estudiantes del 21,2 %, mientras que el deterioro de las actividades diarias fue de 22 %. Evidencias previas habían apuntado cómo la alergia estacional puede estar asociada con una capacidad reducida del aprendizaje y el éxito en los exámenes.
- Estado de ánimo negativo
Tener rinitis alérgica se asocia con menos días de felicidad y más días de mala actividad emocional, en comparación con no tenerla, según una investigación centrada en 1.541 niños de entre 2 a 15 años. La mayoría de los casos estaban siendo tratados y se clasificaron como alergia intermitente de moderada a grave. El dolor de cabeza al despertar, la ansiedad y la depresión como "bloqueadores del sueño" y la somnolencia diurna, fueron significativamente más frecuentes en los pacientes con alergia que en los controles en otro estudio de 2006.
- Vínculos con ansiedad y depresión
Ciertas alergias se han relacionado con tasas más altas de depresión, ansiedad o incluso comportamiento suicida. Al mismo tiempo, estos estados emocionales negativos parecen jugar un papel en el agravamiento de los síntomas, de forma que el estrés puede empeorar los síntomas de la alergia al desencadenar la activación de las células implicadas en la reacción. Por otro lado, una investigación publicada en Frontiers in Psychiatry determinó que las enfermedades alérgicas se asocian con un riesgo 1,66 veces mayor de trastornos psiquiátricos, y tras analizar a un total de 186.588 pacientes durante 15 años, los datos revelaron una mayor probabilidad de ansiedad y depresión en pacientes con asma bronquial, rinitis alérgica, la combinación de ambas o cuando estas aparecen junto a dermatitis atópica.
- Más probabilidades de tener una crisis asmática
Ser alérgico es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de asma, de forma que hasta 8 de cada 10 casos de esta enfermedad pulmonar tienen un origen alérgico. Cuando se tiene un ataque de asma, los síntomas empeoran ampliamente, lo cual puede suceder de forma gradual o repentina, y en ocasiones incluso comprometiendo la vida. Tos, opresión en el pecho, ahogo, sibilancia y pitos son las señales de este cuadro médico; mientras que los alérgenos que pueden originar con más frecuencia un ataque de asma son los pólenes.
- Riesgo de anafilaxia Ansiedad
Ocurre cuando el sistema inmunitario genera una liberación excesiva de químicos al exponerse a un alérgeno, lo que causa una reacción severa que puede llegar a ser potencialmente mortal. Se trata posiblemente el riesgo más serio al que se expone una persona por tener alergia, y los síntomas que ayudan a identificarlo incluyen problemas para respirar, mareos, confusión, palpitaciones o pérdida del conocimiento. Las alergias a los alimentos, las picaduras de insectos o a los medicamentos son las más proclives a generar este cuadro médico, aunque se ha descrito algún caso relacionado con la rinitis alérgica.