Una mujer con alergia a las nueces fue escoltada fuera de un vuelo de American Airlines después de que le dijeran que a los pasajeros de primera clase les servirían nueces a pesar de su sensibilidad potencialmente mortal a estos frutos secos.
Sophie Draper iba a volar desde el aeropuerto de Heathrow, Londres, al aeropuerto JFK de Nueva York en American Airlines en diciembre del año pasado, y cuando trató de notificar a la aerolínea que padecía alergia a las nueces, comprobó no había ninguna opción para hacerlo on-line; y cuando se registró junto a su novio, el personal del aeropuerto le indicó que hablara con las personas en la puerta de embarque.
La joven de 26 años ha explicado que el personal de la puerta parecía estar confundido cuando les mencionó su alergia a las nueces, por lo que habló con el jefe de la tripulación de cabina, quien respondió que la aerolínea estaba “obligada por contrato a servir nueces mixtas calientes en primera clase y clase ejecutiva”, y agregó que era “contrario a la política de la compañía” hacer anuncios en la cabina sobre alergias a los alimentos.
Draper es alérgica a tres tipos de nueces y esta enfermedad incluye alérgenos transportados por el aire, lo que significa que con solo quitar las nueces de la clase económica del avión no sería suficiente para proteger su salud. “American Airlines me hizo sentir que mi salud y seguridad y la de otras personas con alergias alimentarias graves no es importante”, ha explicado esta joven al HuffPost, para añadir que “no tengo control sobre mi alergia a las nueces y el peligro que presenta para mi vida si me diera anafilaxia”, y agregar que “los adultos y los niños con alergias severas a las nueces ya enfrentan muchas dificultades para viajar y vivir experiencias, lo mínimo que las aerolíneas podrían hacer es tomarse en serio esta condición de salud mediante anuncios apropiados y reemplazar las nueces con otro refrigerio”.
Por su parte, su novio le preguntó a un miembro del personal qué sucedería si Draper sufriera un shock anafiláctico durante el viaje, a lo que los miembros de la tripulación respondieron preguntando: “¿él (por su novio) sabe cómo usar tu EpiPen (inyección de epinefrina), ¿verdad?”.
Más tade, sacaron su equipaje del avión y los escoltaron fuera del vuelo. Con respecto a esto Draper ha explicado que “me sentí totalmente discriminada por una condición de salud sobre la que no tengo control, y agregó que algunos empleados de American Airlines fueron útiles y los acompañaron a un mostrador de British Airways para encontrarles otra opción de vuelo.
El resultado es que su viaje se retrasó y su equipaje se perdió, lo que llevó a la pareja a pasar horas en Nueva York para localizarlo. Posteriormente, Draper tuiteó sobre su historia después de que American Airlines no respondiera a su queja que presentó hace más de un mes.
Tras los informes sobre su terrible experiencia, American Airlines se puso en contacto con ella y le trasladó que “Proteger la salud y la seguridad de quienes vuelan con nosotros es nuestra prioridad y es esencial para nuestro propósito de cuidar a nuestros clientes mientras viajan”, para añadir que “lamentamos haber decepcionado a la Sra. Draper y a su compañero de viaje durante este viaje, y nuestro equipo se ha comunicado para disculparse y escuchar más sobre su experiencia”.
“Quería esperar hasta que AA se comunicara con nosotros porque dijeron que responderían a nuestra queja dentro de un mes, pero ese tiempo pasó y no supimos nada, así que dudo que se lo hayan tomado con seriedad”, ha explicado Draper, que ha concluido afirmando que “me preocupa bastante que políticas como las de AA probablemente no cambien hasta que suceda algo terrible como una fatalidad”.