La Navidad es una época en la que, quien más quien menos, decora su casa, y mientras algunos reciclan un árbol plástico y los adornos de un año para otro, para otros es imprescindible comprar un árbol natural… claro, que eso puede traer problemas para algunos...
Y es que cuando se lleva a casa un pino natural se está abriendo la puerta a que los mohos y el polen que habitan en él se expandan a toda la familia, además de exponer a la misma a los residuos de los fertilizantes con los que estos árboles fueron rociados durante su crecimiento.
De esta manera, los pequeños microorganismos que viven en estas coníferas comienzan a flotar dentro de la casa y podrían provocar en los miembros de la familia algunas alergias, o lo que algunos han venido a denominar “el síndrome del árbol de Navidad”.
Para eviutarlo, los síntomas a los que es necesario estar especialmente atento, son ataques de asma severos, la fatiga y la congestión nasal, los cuales pueden comenzar a manifestarse inmediatamente, o hasta pasadas dos semanas después de haber instalado el árbol en el hogar.
Según un estudio elaborado por la State University of New York, el 70 % de los mohos que se encuentran en los árboles de Navidad desencadenan algún tipo de reacción alérgica, que se visualiza a través de picazón en los ojos, congestión nasal o fatiga.
Para poder evitar, en la medida de lo posible, las alergias y disfrutar de esta tradición navideña, la American Christmas Tree Association ha difundido algunos consejos que permiten minimizar el impacto de los alérgenos para las personas que padecen problemas respiratorios, y que se basan en que lo mejor es evitar el árbol de Navidad.
Además, los árboles artificiales también pueden ocasionar alergias debido al polvo que acumulan durante el tiempo que permanecen guardados.
Para evitar que esto suceda, si el árbol es natural, utiliza guantes y camisa de mangas largas cuando vayas a manipularlo para así evitar irritaciones en la piel; y lava el árbol con abundante agua antes de llevarlo a casa, lo que ayudará a eliminar la mayor cantidad de polen y moho. Pero además, antes de lavarlo sería aconsejable sacudirlo bien o someterlo a la presión de aire de una de alguna herramienta para soplar o barrer las hojas.
Después de lavarlo lo ideal es dejarlo secar a la intemperie durante algunos días con el objetivo de evitar que el moho se reproduzca, asi como evita dejar el árbol dentro de la casa más de siete días.
Si el árbol es artificial, será aconsejable guárdalo en un lugar seco y envolverlo bien para evitar que acumule polvo, además de límpiarlo bien con un paño húmedo antes de adornarlo. No se debe olvidar sacudir y limpiar bien los adornos y evitar rociarlo con el spray que simula nieve, ya que estos aerosoles contienen químicos que pueden irritar los ojos, la nariz e incluso los pulmones.