El número de personas alérgicas aumenta cada año, y según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), unas 8 millones de personas sufren de alergia al polen en nuestro país, una cifra que equivale al 17 % de la población... eso por noo hablar de las estimaciones que indican que esta cifra podría aumentar hasta los 12 millones dentro de una década.
Aunque quedan algunas semanas para llegar a la primavera, desde hace tiempo algunas personas ya han sufrido como la alergia hace acto de presencia debido a las temperaturas más suaves durante los dos primeros meses del año que han provocado que la floración se adelante un tiempo.
Los profesionales médicos han establecido una serie de consejos de prevención, tales como la identificación el tipo de polen que provoca la alergia para conocer mejor las plantas que lo producen; la consulta de los niveles actuales y las predicciones de polen en la zona donde vivís; el cierre de las ventanas de casa durante la noche; o evitar desplazamientos en moto o en bicicleta, y si es en coche, hacerlo con las ventanas cerradas.
Pero si todo eso falla, y es necesario exponerse en una zona con mucho polen, será necesario usar una mascarilla homologada, ya que las típicas mascarillas quirúrgicas de usar y tirar no bastan, porque no tienen ningún sistema de filtro.
Las mascarillas de usar y tirar están hechas de un material similar al papel, por lo que el polen se filtraría por los poros. Sin embargo, las mascarillas homologadas pueden filtrar partículas de 0,3 micras y mayores.
Las mascarillas homologadas son realmente muy efectivas si tenemos en cuenta que el pólenes más pequeños mide en torno a las 15 micras.
Este tipo de mascarillas, además de servirnos para cubrirnos del polen, también nos pueden servir si practicamos deporte en la ciudad y queremos protegernos de la contaminación; o si vamos en bicicleta por la montaña y queremos evitar inhalar tanto polvo.
Y, como no, también son válidas para protegernos del controvertido Coronavirus.