Carmen Soto Cárdenas afronta desesperada una compleja enfermedad relacionada con el ámbito de las alergias de su hijo. A fines de diciembre de 2017, esta madre chilena inició una campaña que le permitió reunir los recursos necesarios para trasladarse hasta la región Metropolitana y realizar algunos de los exámenes que necesitaba el pequeño Enzo, un menor de 2 años y un mes, que sufre de problemas cardíacos y además padece múltiples alergias que se han traducido en complicaciones alimentarias y deterioro en su salud.
El niño padece alergia a la proteína de la leche de vaca, alergia a la leche de soya, o sea, una alergia alimentaria múltiple. Además sufre de anemia, de dermatitis atópica, defensas bajas y de un ducto abierto persistente en el lado derecho de su corazón, que a su vez, a deteriorado el lado izquierdo del órgano.
Por el delicado estado de salud del pequeño, Carmen Soto no ha podido encontrar un trabajo estable, dado que no tiene con quien dejar a su hijo. Por esa razón optó por vender alimentos preparados por ella misma en distintas obras de construcción a lo largo de la ciudad; unos lugares los recorre acompañada de su hijo a quien sólo deja en casa -pagando una cuidadora- cuando las condiciones climáticas son muy complejas, pues su piel inmediatamente muestra los efectos del frío viento.
El primer viaje a Santiago de Chile fue de gran utilidad y sirvió para realizar una serie de exámenes al pequeño, que no están disponibles en el sistema público. El menor ha sido atendido desde su nacimiento en el Hospital Clínico de Punta Arenas, pero su madre no ve avances por lo que la situación se vuelve cada vez más compleja.
Carmen asegura que en el centro asistencial público de la ciudad no es apto para tratar a su hijo. “El tema está que cuando tú vas a Urgencia los médicos te dicen que ellos no saben mucho de alergias, entonces te dan los típicos medicamentos básicos”, ha detallado, tras lo que ha afirmado que habitualmente derivan a Enzo a un especialista, quien trabaja con los informes realizados en Santiago de forma particular.
En paralelo, el menor es atendido por un pediatra particular de Punta Arenas, quien recomendó a Carmen viajar nuevamente a la capital para realizar un examen de intolerancia alimentaria. Este último médico, asegura Carmen, atiende al menor incluso cuando ella no tiene el dinero para el bono, por lo que puede pagarle en forma desfasada sin problema.
Los exámenes que se realizarán en la región Metropolitana permitirán saber con exactitud a qué alimentos es alérgico el menor, con el fin de que lleve una vida un poco más normal.