Con la llegada de la primavera, muchos barceloneses sufren por problemas respiratorios causados hasta por una cuarta parte de los árboles de la ciudad, provocando en los ciudadanos molestias en los ojos y en la garganta, tos o congestión nasal, unossíntomas que se asocian conlas alergias, pero que también pueden ser ocasionados cuando el polen entra en las vías respiratorias.
Así las cosas, en Barcelona, un 25 % de los árboles plantados generan cantidades extremas de polen, motivo por el que en 2012, el Ayuntamiento inició un proyecto para equilibrar y diversificar las especies de árboles de la ciudad.
Los plátanos de sombra, los cipreses, las encinas y los robles son las especies clasificadas como las que generan mayor cantidad de polen por el Punto de Información Aerobiológica de la Universidad Autónoma de Barcelona.
De hecho, solo el plátano de sombra supone el 23 % de todos los árboles de la ciudad; siendo estos 46.489, del total de 232.393 árboles de la trama urbana.
Durante muchos años esta especie fue la única que se plantó en la ciudad, ya que no solo los viveros tenían una oferta limitada, sino que parecían tener muchos beneficios para la ciudad, tales como hacer buena sombra, adaptarse bien a todo por todas partes, tener un crecimiento rápido y sufrir escasas enfermedades.
De estas manera, los plátanos se han convertido en un emblema de Barcelona, siendo los barrios donde tienen más presencia los de El Parc y La Llacuna del Poblenou, la Dreta de l'Eixample y la Antiga Esquerra de l'Eixample.
Ahora, con el Plan director de de arbolado de 2017-2037 el Ayuntamiento se ha propuesto equilibrar y diversificar los árboles de la ciudad con el objetivo de que ninguna especie tenga una presencia superior al 15 %. De hecho, el plátano es la única especie que supera hoy en día este umbral.
Hasta 2037 se trabajará para alcanzar el propósito establecido, por eso ya se ha determinado qué especies pueden ser sustitutorias de los árboles que fallezcan y deban replantarse siguiendo criterios como la orientación de la vía, el espacio aéreo disponible, la calidad del suelo o la sombra deseada.
Las molestias más severas causadas por los plátanos duran poco más de un mes, entre marzo y abril; sin embargo, esto podría cambiar por culpa del calentamiento global, que está provocando que, en ocasiones, los pólenes de las plantas aparezcan antes o más tarde y podría alargar los períodos de polinización.