En algunas ocasiones, una combinación entre tomar ibuprofeno y posteriormente hacer ejercicio o salir a correr, puede provocar una reacción alérgica conocida como anafilaxia, que comúnmente es conocida como alergia al ejercicio.
Según el alergólogo Andrew Murphy del Suburban Allergy Consultants de Pensilvania, la alergia al ejercicio no es sino una reacción alérgica desencadenada por la ingesta de determinados alimentos o medicamentos, seguida de una rutina de ejercicio.
Este especialista ha explicado que las alergias son reacciones corporales ante una respuesta inmunitaria provocada por un alérgeno, presentes en alimentos, como los cacahuates, medicamentos como el ibuprofeno, en determinados objetos, e incluso el pelo de un gato. Debido a esto, no es correcto decir que una persona es alérgica al ejercicio, ya que la actividad física en sí misma no crea interacción entre un alérgeno y una persona.
Sin embargo, Murphy ha indicado que en algunos de estos casos, el ejercicio actúa como un desencadenante de una reacción alérgica de la que hasta ahora se desconoce el mecanismo de acción.
Algunas teorías sugieren que el ejercicio provoca una liberación de endorfinas, lo que causa que algunas células liberen sustancias químicas como la histamina.
Tampoco se conoce cuál es el mecanismo que desencadena esta reacción alérgica, aunque algunos estudios sugieren que la actividad física vuelve más permeable el tracto gastrointestinal, lo que permite que los alérgenos entren con mayor facilidad al sistema inmunológico.
En cualquier caso, los especialistas destacan que se trata de un padecimiento relativamente raro, cuya prevalencia es del 2 % y, de ese porcentaje, solo entre el 5 y el 15 % está inducido por el ejercicio.
Los expertos recomiendan en estos casos evitar la ingesta de alimentos cuatro horas antes y después del ejercicio.
