La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, dependiente del Ministerio de Sanidad, ha tenido conocimiento a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI) de una notificación de alerta trasladada por las Autoridades Sanitarias de Madrid, relativa a la presencia de un alérgeno, la leche, no declarada en la etiqueta de bolas de cereales parcialmente recubiertas de chocolate de nombre Choco Balls, pertenciente a la marca comercial Bauck Hof.
En concreto, está afectado el número de lote: 200221; con fecha de caducidad: 02/02/2021; con peso: 300 grs. Se trata de un producto fabricado en Alemania, y que ha sido distribuido en España. Como medida de precaución, las autoridades sanitarias han recomendado a aquellos consumidores alérgicos o intolerantes a la leche, que pudieran tener este producto en sus hogares, que se abstengan de consumirlo.
Esta información ha sido trasladada a las Autoridades competentes de las comunidades autónomas a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI) y a los Servicios de la Comisión, a través de la Red de Alerta Alimentaria europea (RASFF).
En cualquier caso, el producto no supone un riesgo para los consumidores que no tengan estos problemas de alergias o intolerancias.
Los expertos diferencian entre alergia a la proteína de esta leche e intolerancia a la lactosa, que es un carbohidrato. "Cuando se habla de alergia el sistema inmune se ve involucrado y provoca diferentes reacciones como picores, rojeces o vómitos. Se diagnostica con un análisis de sangre para medir el anticuerpo involucrado (inmunoglobulina E) y se tiene que evitar consumir cualquier producto derivado de la leche de vaca", ha señalado en este sentido Anaïs Rico, investigadora farmacéutica y nutricionista del Proyecto SUN de la Universidad de Navarra y miembro de CIBEROBN.
En el caso de la intolerancia a la lactosa, Rico ha explicado que el sistema involucrado es el digestivo y se produce cuando una enzima, la lactasa, que se encarga de procesar la lactosa, no se produce o se hace de forma insuficiente, provocando dolor, hinchazón, flatulencias o diarrea. Se calcula que entre 10 % y un 15 % de la población mediterránea presenta esta intolerancia, que se soluciona consumiendo productos sin lactosa.