Tras unas placenteras vacaciones en el Caribe, Marie Trainer y su esposo, Matthew, pasaban unos días de descanso cuando ella comenzó a sentir dolores de espalda y náuseas. Al regresar a su ciudad, Ohio, y la ingresaron en el hospital puesto que no mejoraba su pronóstico, y donde una de las enfermeras que le atendió fue su hijastra Gina que declaró: "La recibimos con unos síntomas, pero al poco tiempo empeoraron de forma muy rápida".
Lo siguiente que sucedió fue que las extremidades de Marie comenzaron a necrosarse y fueron afectadas por la gangrena. Entonces decidieron inducir en coma a Trainer, quien permaneció así durante 80 días.
Durante este lapsus de tiempo, se confirmó que padecía de capnocytophaga, una bacteria que puede encontrarse en la saliva de los perros.
Margaret Kobe, directora médica de Enfermedades Infecciosas de Aultman (Cleveland, Ohio), ha afirmado que "se trata de un organismo es muy virulento que tiene la capacidad de inducir a su sistema inmunitario a hacer cosas bastante horribles".
Por ello, se decidió amputar las manos y las piernas de Marie ya que consideraron que no había otra opción. La paciente, al despertarse, sorprendida por todo lo sucedido subrayó: "Cuando abrí los ojos no sabía dónde estaba. Fue muy difícil descubrir que tuvieron que quitarme las piernas y los brazos, muy difícil de manejar".
