Una pregunta básica que los médicos hacen antes de recetarte un antibiótico es si eres alérgico a algún fármaco, siendo entre todas las reacciones adversas reportadas la alergia a la penicilina, la más común.
Sin embargo, según un estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital General de Massachusetts en Boston, Estados Unidos, y publicado en la revista British Medical Journal, la mayoría de los pacientes que creen ser alérgicos a este antibiótico no lo son.
En EE.UU., por ejemplo, el 10 % de los pacientes reporta ser alérgico a la penicilina, y el 90 % de ellos puede en realidad tolerar la droga. Este error, dicen los investigadores, tiene consecuencias negativas para la salud, ya que a estos pacientes se le recetan otros antibióticos de amplio espectro que no solo son más costosos sino que también pueden matar bacterias buenas, además de las malas.
Según Thomas Leath que participó en el estudio, “puede que sus padres les contaran que de pequeños tuvieron una pequeña reacción o porque un familiar tuvo una reacción alérgica y les dijeran que no tomaran penicilina”. En opinión de Leath, es importante conocer la diferencia entre efectos secundarios y reacción alérgica, en ete sentido, el especialista ha afirmado que “las verdaderas reacciones alérgicas ocurren rápidamente después de la exposición, generalmente dentro de 10 a 15 minutos o dentro de una o dos horas despues de tomar la droga”.
Aunque es algo muy raro, la alergia a la penicilina puede llegar a causar anafilaxia, una reacción alérgica extrema, que puede poner en peligro la vida del afectado.
Los síntomas de la alergia a la penicilina incluyen:
- Dificultad para respirar, que puede ser causado por la inflamación de la garganta o de la lengua
- Shock, que puede ser caracterizado por desmayos o dificultad para respirar o falta de conciencia
- Taquicardia
- Erupciones en la piel y sensación de picor
- Palidez de la piel
- Vómitos y diarrea
- Mareos y debilidad o desmayos repentinos
Si cree que es alérgico a la penicilina lo mejor es salir de dudas y para ello, lo mejor es someterse a una simple prueba de piel que determinará si lo es o no.
