Las aftas o úlceras que aparecen en la boca provocan un orificio en la mucosa oral, producen hinchazón y enrojecimiento, en muchas ocasiones resultan dolorosas, y en general presentan un color rojizo, aunque algunas son blancas debido al cúmulo de células muertas y restos de comida en el interior de la parte central.
Este tipo de ampollas están compuestas por un líquido transparente, el dolor que producen puede llegar a dificultar la alimentación, y aunque tienden a desaparecer por sí mismas, pueden ser crónicas y recurrentes.
Existen muchos tipos de llagas en la boca y no se deben confundir con los herpes labiales, aunque presenten características similares. La causa es desconocida en muchos casos, pero suelen estar producidas por una infección, una enfermedad generalizada, un irritante físico o químico o una reacción alérgica, entre otros motivos.
Entre las causas más comunes de este tipo de afección destacan:
- Estomatitis aftosa recidivante (aftas)
- Infecciones víricas
- Otras infecciones causadas por hongos o bacterias
- Heridas o irritaciones producida por alimentos o sustancias químicas
- Consumo de tabaco
- Fármacos, en particular quimioterápicos y radioterapia
- Trastornos sistémicos
Según MedlinePlus, otros factores que pueden desencadenar las llagas bucales pueden ser el estrés emocional, la carencia de ciertas vitaminas o minerales en la alimentación, tales como hierro, ácido fólico o vitamina B12, los cambios hormonales o la alergia a determinados alimentos.
Por otro lado, las lesiones o traumatismos bucales también pueden producir ampollas bucales o formar llagas, de la misma manera que el consumo de alimentos que puedan resultar ácidos o con aditivos especialmente irritantes.
Respecto a las enfermedades que pueden afectar a la boca, destacan la enfermedad de Behçet, que puede causar úlceras orales dolorosas y recidivantes; el síndrome de Stevens-Johnson, un tipo de reacción alérgica que causa ampollas en la piel y úlceras en la boca; la enfermedad inflamatoria intestinal que puede provocar úlceras bucales en los paciente; o la enfermedad celíaca grave.
La mayoría de las llagas bucales se curan de forma espontánea y no requieren un tratamiento médico específico, aunque puede resultar necesario algún fármaco para el alivio de los síntomas.
Si se presentan signos de alarma como fiebre, inflamación ocular, ampollas en otras zonas del cuerpo, diarrea o dolor de cabeza, se debe consultar a los profesionales médicos, ya que podría indicar la presencia de otra enfermedad.
En el caso de requerir tratamiento, el profesional sanitario es posible que este recete enjuagues bucales o lidocaína para reducir el dolor y la inflamación; así como productos tópicos como corticoesteroides para acelerar la cicatrización, e incluso medicamentos orales si el resto de tratamientos no aporta una solución.
