Cuando se padece alergia al verano...

Cuando se padece alergia al verano...

Aunque, obviamente, no se puede afirmar que exista propiamente una “alergia al verano”, es cierto que algunos pacientes, y sobre todo niños con alergias a alimentos, asma, dermatitis atópica, o cualquier otro tipo de alergias que surgen en esta época, han de tener mucho cuidado.

Por un lado está la alergia al sol, que tampoco es una alergia propiamente dicha, pero se suele aceptar esta nomenclatura porque en ella juega un papel importante la reacción de nuestro sistema inmune. Entre las reacciones más habituales relacionadas con el astro rey destacan la urticaria solar, la erupción solar polimorfa, las fotodermatosis o la Hidroa Vacciniforme, que suelen desaparecer en un tiempo relativamente corto en el que la piel vuelve a su estado inicial.

En el caso de la erupción solar polimorfa, las lesiones se presentarán sobre todo en cara, cuello, escote, tórax, antebrazos y zona anterior de las piernas, y se suelen presentar antes de los 30 años, aunque cada vez se observan más casos en los niños, debido al cambio en los hábitos de exposición solar, y suele durar varios días hasta su desaparición.

El caso de la Hidroa Vacciniforme es algo más complejo, ya que es una enfermedad poco frecuente que aparece en niños que tienen la piel clara, y está relacionada con la tendencia a la curación con cicatriz, ya que estas lesiones se presentan en forma de vesículas o ampollas que pueden contener sangre y dejar cicatriz. Para prevenirla, lo más importante es evitar completamente la exposición solar.

La hidroa vacciniforme puede coexistir con la dermatitis atópica, en cuyo caso es fundamental consultar con el pediatra y el dermatólogo para saber qué tratamiento seguir en cada caso y valorar si es necesario un estudio de alergia.

En cualquier caso, si queremos evitar este tipo de alergias será conveniente asegurar una correcta utilización de los protectores solares de que se disponen en el mercado, y hacerlo de forma correcta. En es te sentido, es  importante utilizar protectores solares de amplio espectro, que bloquean tanto los rayos ultravioletas A, como los ultravioleta B, con un Índice de Factor de Protección Solar como mínimo de 30 para los más pequeños.

Además, para que sea eficaz en el momento que lleguemos a la playa, debemos aplicarlo 30 minutos antes de salir de casa, procurando que cubra toda la piel, especialmente la cara, las manos y los pies.

De esta manera, por tentadora que resulte una jornada completa al sol, desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) recuerdan la importancia de proteger a los niños de la exposición a rayos solares, intentando evitar las horas de mayor radiación solar (entre las 12 y las 16 horas), y protegiendo a los niños con gafas de sol correctamente homologadas, gorras y esa ropa diseñada para proteger las pieles más sensibles sin que resulten incómodas para disfrutar de un día de playa.

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