Un nuevo estudio de Northwestern Medicine estaría desarrollando una nueva píldora que se tomaría de forma proactiva para prevenir la anafilaxis leve, sin importar la causa.
La anafilaxis es una reacción alérgica sistémica grave, potencialmente mortal, que puede ocurrir en segundos o minutos después de la exposición a un alérgeno... y en Estados Unidos, aproximadamente una de cada 50 personas la padecen, según la Fundación del Asma y la Alergia de América. Si la presión sanguínea de una persona cae demasiado durante la anafilaxia o sus vías respiratorias se cierran lo suficiente como para que no pueda llevar suficiente oxígeno a sus órganos, el afectado entra en shock anafiláctico.
Los medicamentos utilizados en el estudio se conocen como inhibidores de la BTK, una enzima llamada tirosina quinasa de Bruton, que se encuentra dentro de las células, incluyendo los mastocitos. La razón por la que los inhibidores de la BTK trabajan para bloquear las reacciones alérgicas es que al inhibir o bloquear la enzima BTK, los mastocitos no pueden ser activados por los alérgenos y el anticuerpo alérgico para liberar la histamina y otros mediadores alérgicos.
El estudio usó tres diferentes inhibidores de la BTK, que bloquearon las reacciones alérgicas cuando se probaron en mastocitos humanos en un tubo de ensayo. Por otra parte, en el estudio se utilizó un medicamento oral aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, que redujo con éxito las reacciones alérgicas, incluidas las reacciones anafilácticas graves y potencialmente mortales, en un nuevo modelo "humanizado" de anafilaxia en ratones.
Los órganos del ratón contenían células humanas trasplantadas que, a lo largo de varios meses, maduraron hasta convertirse en mastocitos humanos, las células primarias que reaccionan durante las reacciones alérgicas.
Este sería el primer tratamiento conocido para prevenir la anafilaxia, aparte de evitar el alérgeno; y los hallazgos podrían allanar el camino para que en el futuro se realicen ensayos clínicos en humanos de estos medicamentos orales para ser usados como tratamiento preventivo y evitar así reacciones alérgicas graves.
Según el autor principal del estudio, el Dr. Bruce Bochner, profesor de medicina de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, "esta píldora podría literalmente cambiar y salvar vidas", a lo que añadió: "Imaginemos ser capaces de tomar la medicación de forma proactiva para prevenir una reacción alérgica grave".
El estudio, publicado en la revista Journal of Clinical Investigation, es una estupenda noticia para las personas que corren un alto riesgo de exposición alérgica a los antibióticos o aquellas que están a punto de someterse a una desensibilización alimentaria por vía oral, ya que podrían tomar la píldora como medida preventiva.
Si este medicamento resulta ser lo suficientemente seguro y barato para el uso diario, teóricamente cualquier persona que tenga una alergia grave, incluidas las alergias alimentarias, podría tomarlo y ser capaz de comer los alimentos que han estado evitando estrictamente. La gran ventaja es que el medicamento puede usarse de forma preventiva, y no para emergencias, como sucede con el EpiPen, que inyecta epinefrina a alguien que experimenta una reacción alérgica para revertir los síntomas.
En investigaciones anteriores, las doctoras Jennifer Regan y Melanie Dispenza, ambas ex becarias que trabajaban con Bochner, descubrieron que los pacientes con cáncer que tomaban el inhibidor de la BTK ibrutinib y que eran alérgicos a alérgenos transportados por el aire como la caspa de los gatos y cierto polen, vieron reducida su reactividad en la prueba cutánea de alergia en entre un 80 y un 90 % en una semana.
Un estudio posterior dirigido por Dispenza demostró que lo mismo ocurría con las reacciones de la prueba cutánea de alergia alimentaria cuando los adultos sanos con alergia alimentaria tomaban el fármaco sólo durante unos días. Ambos estudios piloto incluyeron un pequeño número de sujetos, pero los hallazgos fueron consistentes.
