La alergia al sol es conocida como una erupción qué sucede al exponerse a la luz solar, los síntomas son similares a los de una reacción alérgica, y los casos más graves pueden requerir tratamiento con cremas o pastillas esteroides, mientras que los leves pueden desaparecer sin tratamiento.
Estos casos fundamentalmente se dan en mujeres jóvenes, ya que tiene relación con factores hormonales según indican los dermatólogos. Para que aparezcan los síntomas no se necesita una larga exposición al sol; y en algunas personas en cuestión de minutos se pueden empezar a experimentar los primeros síntomas. En otros casos puede tardar varias horas.
Lo más indicado cuando se notan los primeros síntomas es acudir al médico, que para los casos más graves recetará corticoides tópicos u orales que consiguen aliviar el dolor y el enrojecimiento de la piel. También los antihistamínicos orales, pueden aliviar el picor.
Por supuesto que estos medicamentos los tiene que recetar el dermatólogo, después de hacer el diagnóstico correspondiente. Si los síntomas son leves, se recomiendan duchas frías y dejar secar la zona sin utilizar toallas. Lo fundamental es no tapar las lesiones con ropa ceñida, ya que puede agravar la irritación.
Si se padece alergia al sol o la piel tiene una mayor sensibilidad, se puede prevenir una reacción teniendo en cuenta determinados pasos, tales como evitar exponerse al sol entre las 10:00 y las 16 horas; o utilizar gafas de sol y ropa protectora.
Las camisas que tengan manga larga y sombreros de ala ancha, pueden ayudar a proteger la piel de los rayos del sol, mientras que es aconsejable aplicar protector solar de amplio espectro, al menos 30, aplicando una capa generosa cada dos horas, si se está nadando.
También es aconsejable evitar el uso de perfumes, desodorantes, o cosméticos al tomar sol, ya que pueden generar una reacción alérgica.
Por otyra parte, es importante incorporar en la dieta alimentos con antioxidantes. Los vegetales y las frutas tienen altos niveles de estos elementos concentrados en su composición celular. También son importantes los ácidos grasos omega- 3, que se encuentran en las semillas de calabaza, los aceites de girasol, maíz, oliva y pescados.
Los antioxidantes ayudan a reparar el daño celular y el envejecimiento, liberan el organismo de sustancias tóxicas y combaten los agentes que deterioran el daño natural ocasionado por el envejecimiento celular.
Recuerda tomar el sol de forma progresiva y aumentar la cantidad de tiempo al aire libre gradualmente, para que las células de la piel se adapten a la luz.
