Expertos del Hospital Niza del Aljarafe han informado del aumento de las picaduras de avispas y abejas entre los meses de mayo y septiembre, siendo julio y agosto los meses con mayor incidencia, debido a las altas temperaturas, que provocan una gran actividad a estos insectos.
Según ha informado el hospital, ante la falta de alimento y el aumento de las colonias en algunos casos, estos insectos muestran un comportamiento más agresivo. Esto sucede con las avispas, cuyas colonias son estacionales, porque las abejas son colonias permanentes y las personas están expuestas durante todo el año.
De forma habitual las picaduras de los himenópteros no suelen ocasionar más allá de las consabidas molestias, pero en ocasiones se puede apreciar una reacción alérgica a estos insectos "cuando aparecen manifestaciones cutáneas, respiratorias o cardiovasculares como picor, hinchazón exagerada de la zona de la picadura, ronchas en la piel, mucosidad, dificultad para respirar y otros síntomas que pueden variar de gravedad dependiendo la persona", según reconocen las doctoras Amparo Conde y Mercedes Hernández, del servicio de Alergología.
Aún así, tras la picadura puede aparecer una reacción por acción propia del veneno, que produce una reacción en la piel con enrojecimiento e hinchazón alrededor del sitio de la picadura, de un diámetro menor de 10 centímetros, dolor y picor de unas pocas horas de duración, aunque en algunas ocasiones puede durar más tiempo, y que se entiende como respuestas de los tejidos a los componentes del veneno.
En cuanto a las reacciones locales extensas, consisten en una zona de inflamación alrededor del sitio de la picadura con un diámetro superior a los 10 centímetros y que permanece más de 24 horas. Se acompañan de dolor, picor, enrojecimiento y endurecimiento. Cuando la picadura se produce en una extremidad la inflamación puede afectar a dos articulaciones contiguas.
Por último, se encuentran las reacciones generalizadas, la anafilaxia, que se produce cuando tras una picadura se afecta la piel y otro órgano o sistema. En individuos alérgicos una simple picadura bastará para provocar un cuadro general con ronchas, dificultad para respirar y mareo entre otros.
Una vez identificado el insecto responsable, explica el Niza, mediante el estudio alergológico pertinente, se administra el tratamiento especifico que es la inmunoterapia o vacuna. Actualmente existe una vacuna contra la alergia a himenópteros. "Su eficacia es alta, hay una curación en el 95 % de los pacientes tratados con veneno de abeja y en el 98 por ciento de los tratados con veneno de avispa", reconoce el equipo de Alergología del HNSA.
Este equipo de especialistas recuerda que "las vacunas de himenópteros son de administración obligatoria en medios hospitalarios". La administración de la vacuna consiste en dosis progresivamente crecientes de veneno de himenóptero hasta llegar a la dosis de mantenimiento, que habitualmente es entre 100 y 200 mcg/ml, lo que equivale a una o dos picaduras.
"El objetivo de la vacuna es modificar la respuesta del sistema defensivo, el sistema inmunológico, que en los pacientes alérgicos reacciona de manera exagerada ante la picadura del insecto; hoy en día se considera aceptado que esta vacuna proteja al pacientes entre tres a cinco años", según las doctoras.
Entre las medidas de prevención recomendadas para evitar esta alergia, destacan las de no usar ropa de colores vivos ni perfumes muy fuertes durante la época de mayor actividad, porque las abejas se sienten atraídas ante estas circunstancias, y no acercarse a paneles de abejas o nidos de avispas.
En caso de picadura, lo recomendable es alejarse lo más pronto posible del área del accidente para evitar un ataque masivo, ya que las avispas al picar liberan una feromona que incita a otros miembros de la colonia a picar. Además, para evitar problemas, es bueno sacudir la ropa en el suelo antes de ponérsela, no caminar descalzo o beber líquidos azucarados cerca de abejas o avispas.