Las alergias de invierno han irrumpido este año con más intensidad que nunca... y es que la alergia a la cupresácea -el tipo de polen más extendido durante los meses de invierno- ha experimentado el mayor pico de intensidad en el mes de enero desde hace al menos cinco años.
En concreto, durante el 12 de enero se experimentó una concentración realmente alta de cupresácea (1.414 granos/m3 de aire), una cifra que duplica la alcanzada el año pasado.
La situación anticiclónica que se mantuvo en el país antes de la ola de frío provocó que cipreses y arizónicas -las plantas que producen la cupresácea- polinizaran con mayor intensidad. Este año, por lo tanto, la explosión de este tipo de polen se ha adelantado, ya que -aunque son diciembre, enero febrero y marzo los meses de afloración- suele ser febrero el mes más álgido.
“Las cupresáceas se encuentras muy cargadas de polen. Si tras la ola de frío, los termómetros suben, la situación podría incluso complicarse“, ha explicado el Dr. Subiza, especialista en Alergología e Inmunología Clínica.
La cupresácea, culpable de la polinosis epidémica en invierno, provoca el 90 % de las patologías alérgicas durante esta estación. La rinitis -irritación en ojos y estornudos, congestión nasal- y la conjuntivitis -prurito y enrojecimiento conjuntival- son los principales síntomas que provoca este tipo de polen -por encima del asma-.
Los máximos síntomas suelen aparecer a las 24 horas de los picos de polinización. En general, el polen a la cupresácea produce además alergias respiratorias en el 35 % de los pacientes con polinosos, por lo que se colocan tras las gramíneas como el polen más alérgico en muchas zonas de España.
Los jóvenes adultos -que suelen ser alérgicos además a otros tipos de polen- son los más afectados por la cupresácea, según el Dr. Subiza, que apunta una serie de recomendaciones para disminuir los efectos y sintomatología asociada a la alergia de la cupresácea. Entre estas recomendaciones destacan las de disminuir las actividades al aire libre, mantener las ventanas cerradas; poner en las salidas de ventilación filtros antipolen, mantener cerradas las ventanillas cuando se viaja en coche, permanecer el mayor tiempo posible dentro de casa durante los días de mayores concentraciones de pólenes, tomar la medicación prescrita por el alergólogo y aplicarse la vacuna contra la alergia. Además, recomienda no secar la ropa en el exterior los días de recuentos altosde pólenes, y al volver de la calle, ducharse (incluyendo el pelo) y cambiarse de ropa.